jueves, 10 de junio de 2010

Solución a la incongruencia entre opinión y ejecución de compra de artículos que atentan contra la propiedad intelectual en Chile.

Sin duda que en situaciones donde la economía comienza a decaer, lo primero en tranzar es la cultura, y es por eso que la adquisición de artículos de esta índole se ve sumamente afectada con respecto a estas variaciones. Esto no significa que no sean de importancia, sino que simplemente, no son vitales. Es en estas ocasiones donde puedo considerar que el cobro por la propiedad intelectual excede su utilidad y es razonable la búsqueda de otros medios como vía de enriquecimiento intelectual y cultural, cosa que bien puede parecer un pensamiento egoísta, pues no se considera retribuir el trabajo de quien creó la obra de la que nos hacemos, pero si no hay otra alternativa, este pasa a ser un conflicto interno del comprador en potencia de piratería.
El caso anteriormente mencionado trata una situación en ocasiones aceptable, pero muy particular, mas si hablamos del día a día, donde para la población en general el gasto de dinero no afecta directamente a la economía familiar o personal, la situación es muy distinta; lamentablemente, aunque nos damos cuenta que al comprar un artículo que atenta contra la propiedad intelectual, estamos cometiendo un delito, también percibimos que el costo es sumamente alto, llegando en ocasiones a ser diez o veinte veces mayor que el de un artículo falsificado. Comienza aquí nuevamente el conflicto interno del comprador que las primeras veces que se ve frente a esta situación lo considera, pero cuando ya ha comprado varias veces este tipo de artículos parece ni siquiera percibir que se trata de un delito.
Es lamentable, pero me parece que una solución viable frente al dilema del alto costo presentado por este tipo de artículos podría ser la subvención por parte del gobierno, o bien, por parte de ciertas instituciones sin fines de lucro, a modo de fomentar el acceso a la cultura, música, artes, y conocimiento tanto en artículos, publicaciones, papers o libros. De este modo ganaría el comprador, pues aseguraría sin lugar a dudas la adquisición de productos de calidad certificada, por otro lado, el creador obtendría un mayor beneficio a causa de la venta de sus trabajos, pues a pesar de llegarse a algún acuerdo donde al vender por mayor pueda disminuir el precio de cada unidad de productos, aumentaría sustancialmente el número de productos vendidos y con ello su lucro. Para el estado significaría a un cierto plazo el aumento en la cultura y conocimiento por parte de la población y de este modo se generaría un flujo de retroalimentación que beneficiaría a cada uno de sus participantes.
Esto además de los beneficios directos que señala hacia los integrantes de la cadena que se generaría, pondría en jaque a quienes hoy en día ganan dinero fácil a partir del trabajo y esfuerzo de otros, reduciendo poco a poco sus oportunidades en esta área haciéndolas casi ínfimas dentro de un período determinado.
Creo que la solución que planteo solucionaría la incongruencia existente hoy en día en lo referente a lo que se piensa acerca de las leyes que atentan contra la propiedad intelectual y lo que realmente se desarrolla con la simple idea de aprovechar al máximo los recursos, donde las proporciones existentes entre los precios de productos originales y plagiados son sumamente altas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

COLUMNA: TECNOLOGÍAS EN LA EDUCACIÓN

Es claro que hoy en día los adolescentes que egresan de la enseñanza media, y por ende, los que la cursan, no cuentan con los conocimientos que le permitan un óptimo desempeño en otras culturas, si su idea es expandir sus horizontes educacionales o laborales. Me refiero a que si un joven común y corriente de un liceo, ya sea municipal, subvencionado, o incluso de ciertos colegios particulares que no se excluyen de esta caracterización, quisiera continuar sus estudios superiores, o comenzar su desempeño laboral en algún país más desarrollado en cuanto a la informática, se ve obligado a aprenderlo recién en aquella instancia. Pues claro, particularizando el caso mencionado, los conocimientos del promedio de las personas de esta universidad en cuanto al uso de redes no es más que el conectarse a internet, o más aun, lo que afecta directamente al prestigio de nosotros mismos como estudiantes universitarios, son nuestros conocimientos de los programas mayormente utilizados por la imposición de Windows, sobre nosotros, pero ese es un tema que profundizaremos en otra ocasión. Así es, no se puede negar que Office es la herramienta computacional utilizada mayoritariamente, y sus productos Word, Excel, Power Point, no nos suenan más que a escribir, realizar operaciones sencillas, y presentar diapositivas, sin dimensionar exhaustivamente la potencia que cada uno de ellos posee.

Los resultados obtenidos presentan una despreocupación sobre este tema, mostrando una visión más anticuada en cuanto a las prioridades que tienen lugar en los establecimientos al momento de otorgar el capital que requiere el correcto funcionamiento de la enseñanza de la computación, la compra de recursos. Es decir, la situación en la mayoría de los establecimientos educacionales es la misma, cada computador debe ser compartido por al menos dos alumnos, dificultando sustancialmente el aprendizaje, haciendo de este un proceso relativamente lento, que sumado a la antigüedad de los modelos (de los computadores), genera un aburrimiento y posterior despreocupación por parte de los alumnos.

Pero siendo rigurosos, la principal causa de este déficit, no puede atribuirse más que a los encargados de guiar el desempeño de los alumnos a lo largo de sus estudios, los profesores, pues si no poseen las competencias necesarias, difícilmente pueden desarrollar a cabalidad su tarea. Pues la realidad de la educación es una sola, y es que sólo los profesores encargados de enlaces, o los de matemáticas con la mención en computación son quienes pueden guiar a sus alumnos en el uso de Excel avanzado, cosa que en la mayoría de los establecimientos no se realiza. Pero no se trata de culpar sólo a los ya mencionados, pues, por mencionar algunos, el caso del profesor de lenguaje, ¿Acaso no es su tarea el enseñar un uso profundo de las características de Word o P.D.F.?, o no es culpa de la profesora de artes que el alumno no sepa utilizar algo más que superficialmente la herramienta Paint?, o del profesor de música que los alumnos ni siquiera conozcan la herramienta Movie Maker. Ahora volviendo a la base de quien enseña, los profesores no pueden entregar un conocimiento si no han aprendido, a lo largo de sus estudios, dichas bases, o quizá no han tenido la posibilidad de capacitarse con respecto a las nuevas tecnologías. Entonces la capacitación es un déficit específico en el caso de quienes son los responsables de hacer crecer los conocimientos de los que serán próximamente los articuladores del mundo.
Pues bien, habiendo mencionado las críticas frente al sistema educacional en el cual estamos inmersos, no queda más que como futura Educadora plantear la necesidad de capacitarme al igual que mis compañeras, en los ámbitos mencionados anteriormente, para de este modo ser capaces de entregar las bases sólidas desde el comienzo de la educación, el nivel preescolar, con la presentación de material educativo controlados a nivel computacional. De este modo les será más fácil a los estudiantes inmiscuirse en el mundo de las tecnologías de la información, y desde mi punto de vista como trabajadora podré participar activamente en la toma de decisiones que tengan que ver tanto con esta área, como con otras de también una alta importancia dentro del marco de la educación, incluso, en niveles básicos o medios